Un equipo compacto y agresivo

omar holotte

Omar Holotte y su columna sobre el 1-2 en Diamante.

Ayer (domingo) hice más de hincha que de comentarista. Quizás el trámite del partido me motivó a invertir mi rol de periodista. Se dio así porque vi a Cerrito jugar, y jugar bien. Fue ordenado, prolijo, estuvo concentrado e intentó por todas las bandas con situaciones muy interesantes y generadas colectivamente. Se adueñó del primer tiempo. Pero claro, como ya es de público conocimiento, el local aprovechó una sola pelota parada y abrió el marcador. Ni ellos se lo esperaban. En el minuto 39 de la primera mitad, centro de Furlán y ante una mala salida de Varisco, el defensor Orzuza ponía el 1-0. Un resultado totalmente mentiroso.

Hasta ese momento, el intratable Aguilar intentaba y no dejaba en paz a la defensa rival. Carlos Herlein era el que dominaba el balón y el que luchaba todas. No era el mismo que contra Litoral en el encuentro anterior. Mauro Benítez era el abanderado y Román Monzón hacía de las suyas por la punta derecha, atacaba y generaba peligro permanentemente. Hasta la defensa estaba bien parada y con solidez. Incluso Petersen y Richard también se animaban e iban a buscar. Era un equipo compacto y agresivo. Solo le faltaba el gol. Era difícil que alguno descompaginara la exquisita producción futbolística, en la cual también incluimos a Tomasini y Wolosko (impasables).

En el segundo tiempo, Diamantino salió con más ímpetu a estirar la diferencia que le quedaba muy chica. Aunque no era para desesperarse tanto, ya que a los 12, tras un envío desde el córner por parte de Monzón, Tomasini con el parietal izquierdo la metió bien abajo sobre la derecha de Burne para estampar el 1-1.

Eso fue una bocanada de aire para la visita que tenía que conseguir obligadamente la victoria para seguir en carrera. Franco Omarini estuvo desde el inicio y era otro de los que participaba en cada avance del conjunto de Richard. Nuevamente llegó una pelota parada desde el sector izquierdo y el que apareció esta vez dentro del área fue Román Monzón: la empujó con su botín derecho y estallaron de alegría los simpatizantes que acompañaron al Verde, a pesar del mal tiempo.

Faltaba mucho todavía, recién iban 22. Aunque algunos dirigidos por el Tata Moreyra no lo entendían así y entonces rápidamente comenzó el show de tarjetas rojas.  Primero la vió el lateral Maruo Muñoz (tenía amarilla) por interrumpir un contrataque de Aguilar con un agarrón. Más tarde recibió la expulsión el arquero suplente de ellos, por reiterados insultos hacia el árbitro. Y posteriormente, Jorge Aguilar, en una jugada cerca del mediocampo, le metió un planchazo durísimo desde el piso a Leo Richard. Los muchachos no entendían el fair play.

Mientras tanto, R. Richard movía el banco: adentro Edgardo Benítez por el lesionado Petersen, mandó al campo a N. Borghello por Omarini y Pepe ingresó por Fachero. El equipo se convertía en más ofensivo y con pelotas que llovían de todas partes, a diferencia de antes, que no aparecían por ningún lado.

A escasos minutos del cierre que decreto el gran triunfo de Agrarios, llegó la polémica de la tarde. Tronco protagonizó un mano a mano con Burne y ambos chocaron fuertemente, algo que el juez interpretó como falta brusca del delantero y lo echó de manera directa.

Cerrito ahora tendrá quince días para descansar y esperar a su rival que seguramente será paranaense. Las esperanzas de llegar lejos siguen intactas. Sólo es cuestión de ajustar detalles en definición, sin modificar el nivel colectivo de este domingo.